martes, 10 de mayo de 2011

HISTORIA DE LA TECNOLOGÍA



La historia de la tecnología comienza desde que existe el hombre y se enfrenta con la necesidad de ir resolviendo problemas para mejorar sus condiciones de vida.

Los primeros inventos tecnológicos construidos por el hombre se remontan a la Prehistoria, más de 200.000 años atrás. Se trata de herramientas y armas fabricadas en piedra, tales como hachas, encontrados en Europa, África y Asia del este. La datación de estos instrumentos marcó el comienzo de la Edad de piedra.

Se atribuye a cazadores y nómadas la utilización de las primeras herramientas de piedra sin tallar. Éstos aprovechaban las aristas afiladas de determinadas piedras a modo de cuchillos para cortar los alimentos y realizar otras labores cotidianas. Hace unos 100.000 años los primeros homínidos, de los que evolucionaría el hombre moderno, ya habían conseguido crear herramientas que servían para fabricar otras herramientas. En cuevas de estos ancestros se han descubierto variados utensilios de piedra: hachas, cuchillos, recipientes, etc., indicativo de la naturaleza humana de aquellos seres, pues, aunque existen algunos animales irracionales que son capaces de utilizar herramientas, sólo la especie humana es capaz de diseñarlas y crearlas.

La creación y el control del fuego fue el siguiente paso en el proceso tecnológico del hombre primitivo.

De la experiencia empírica en el uso del fuego y los minerales, los pueblos de la antigüedad aprendieron a reducir la tensión del metal, sometiéndolo al fuego y forjándolo Hacia el año 3.000 a.C. se realizó un descubrimiento que daría lugar a un periodo histórico: la Edad de bronce, cuando se constató que la aleación de estaño y cobre resultaba mucho más maleable que el cobre por sí solo, proporcionando mejores cualidades a los objetos que requerían aristas, tales como las espadas y herramientas de corte.

Con la llegada de la Edad del bronce las formas de vida nómada se fueron haciendo sedentarias, asentándose para desarrollar la agricultura. La mayoría de sociedades distribuidas por los diferentes continentes habían obtenido avances tecnológicos: utensilios con púas para pescar, arcos y flechas para cazar, agujas para confeccionar vestimentas, lámparas de aceite animal para iluminar... A la vez, las prácticas de la caza y la recolección de frutos del bosque se fueron transformando en actividades propias de sociedades agrícolas.
La rueda fue otro avance tecnológico importante de la civilización humana. En la actualidad, las aplicaciones de la rueda en la tecnología moderna y en la vida diaria son casi infinitas. Con su invención se consiguió, al principio, un uso más eficiente de la fuerza de tracción animal en labores agrícolas, y posteriormente en otras numerosas áreas.
Las ruedas más antiguas datan de hace unos 5.000 a 5.500 años, en la antigua Mesopotamia (actual Irak).

Se estima que los vehículos de dos ruedas aparecieron después de la invención del torno de alfarero, convirtiéndose el carro en poco tiempo en el sustituto indiscutible del trineo como medio de transporte. Junto con la rueda, el carro de dos ruedas supuso una autentica revolución tecnológica para la época. El transporte se intensificó en todos los ámbitos y las materias transportadas se diversificaron ampliamente.

La escritura ha sido otro de los grandes logros tecnológicos del hombre. La necesidad de dejar constancia escrita de sucesos y vivencias estimuló la experimentación de materiales. Los egipcios, por ejemplo, consiguieron fabricar algo similar al papel utilizando la planta del papiro, dejando atrás las engorrosas tablas de arcilla en donde escribían con jeroglíficos.

La Edad Media transcurrió aproximadamente entre el 400 y 1500. En este periodo de aparente paro tecnológico se produjeron avances significativos, donde se manifestaron actividades de importancia en áreas del arte, religión, literatura, filosofía, etc.

En la agricultura, la tecnología que más beneficio a los campesinos fue el molino. Su invención permitió  aplicarlo con eficacia en la molienda del grano y aserrado de madera.

La tecnología del transporte durante la Edad Media contó con algunas innovaciones de gran importancia. La navegación marítima fue quizá el campo más trascendente, en principio con el desarrollo de la quilla y la introducción de la vela latina triangular, que permitía a la embarcación realizar las maniobras más fácilmente con respecto a otros tipos de vela, como las cuadradas.
Algunos inventos medievales constituyen, hoy en día, elementos de gran influencia en la vida humana: fueron el reloj y la imprenta. Hasta la invención de un reloj con péndulo en 1286, la organización de la vida diaria estaba sometida al curso del Sol y las estaciones del año. Fue, además, un elemento de gran trascendencia para la navegación.
La imprenta fue inventada por el alemán Johann Gutemberg en 1450, aunque la impresión (y también el papel) ya se conocía en el s. II d.C. en China, pero en aquella época no adquirió la debida importancia en Occidente. Con el desarrollo de la imprenta los manuscritos comenzaron a ser desplazados rápidamente, difundiéndose la cultura y el conocimiento a todos los niveles. El dominio intelectual ya no estaba relegado al Estado y la Iglesia, los particulares podían escribir y publicar sus obras y el interés por la lectura y la escritura creció.

Con la Revolución Industrial entre finales del siglo XVIII y principios del XIX. Se dio  la mecanización de la industria, el desarrollo del comercio y los medios de locomoción.

En 1740 aparecieron las primeras fábricas textiles. En menos de 100 años las prendas de lana habían sido desplazadas por las de algodón, gracias a la invención de la máquina desmotadora de algodón a cargo del estadounidense Eli Whitney en 1793. Otras variadas innovaciones fueron aplicadas a la industria textil, como la máquina de hilar y la cardadora, potenciadas después con la aparición de la máquina de vapor.

Las sociedades occidentales comenzaron a avanzar tecnológicamente a raíz de la Revolución Industrial. Se desarrolló la ciencia médica y  aumentó la productividad agrícola. Numerosos investigadores se pusieron a la labor de experimentar y desarrollar en múltiples áreas: física, química, medicina, construcción, comunicación, etc.

Otros inventos e innovaciones, fueron el telégrafo y el ferrocarril permitieron interconectar la mayoría de las grandes ciudades. La bombilla, inventada por Thomas Alva Edison a finales del siglo XIX, sacó a la humanidad de las tinieblas, reemplazando a las velas y lámparas. En tres décadas la energía eléctrica suministraba suficiente potencia para el alumbrado y otros variados sistemas y dispositivos eléctricos.

El automóvil, el aeroplano, el teléfono y la radio acrecentaron aún más la admiración de la sociedad por la tecnología. La construcción en serie de automóviles, electrodomésticos y otras variadas máquinas para todo tipo de tareas, no sólo los convirtió en materiales de uso diario de la población, sino que marcaron incluso formas y estilos de vida.

La comunicación y la información fueron claves en el rápido avance y transformación de las sociedades industriales, gracias al incremento de la movilidad, rápida comunicación y disponibilidad de información a través de medios escritos y hablados.

Con las Guerras Mundiales se produjo una ralentización de la tecnología civil en favor de la industria militar.
Con el desarrollo de la bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial, la sociedad empezó a ser consciente de la amenaza para la vida sobre el planeta.
De la segunda Guerra Mundial se desprendió una tecnología más pacífica, para uso civil, como fue el desarrollo del transistor. La tendencia a su máxima miniaturización, permitió grandes avances tecnológicos. Uno de ellos fue la computadora, y más tarde la ciencia de la informática. Asimismo, permitió iniciarse la era espacial, con la puesta en órbita de satélites artificiales para variadas funciones: meteorología, topografía, exploración planetaria, etc.
El desarrollo de la electrónica, con la integración del transistor a nivel microscópico, permitió avances que mejoraron notablemente la calidad de vida de las personas. Por otra parte, estos avances trajeron consigo la sustitución de la mano de obra por sistemas y dispositivos automáticos, con la consecuente transformación y adaptación de los métodos y prácticas de trabajo.

El incremento en la producción de bienes y servicios permitió que el volumen de trabajo se redujera. La Era de las Máquinas constituyó casi otra revolución dentro de la propia Revolución Industrial. En este periodo las invenciones y descubrimientos en cualquier área científica y técnica fueron de gran magnitud. Las máquinas aplicadas a la agricultura, por ejemplo, realizan la gran mayoría del trabajo, ahorrando muchas horas para una misma labor.

El ritmo de desarrollo tecnológico durante el siglo XX no ha sido superado por una ninguna época anterior. El automóvil y los medios de comunicación como la radio, televisión y teléfono revolucionó el modo de vida de millones de personas en todo el mundo.

Pero fueron dos áreas concretas las que han obtenido el mayor avance: medicina y astronáutica. La tecnología médica proporcionó nuevos medios para diagnosticar y tratar enfermedades antes consideradas incurables, permitiendo la curación completa o parcial de buena parte de ellas; algunas enfermedades infecciosas antes consideradas muy graves han sido incluso erradicadas.

En cuanto a la exploración espacial, ha sido el logro tecnológico más espectacular del siglo XX, por la fascinación que ha creado en la sociedad la capacidad del ser humano para lanzar una nave tripulada al espacio y hacerla regresar a la atmósfera terrestre.

En  consecuencia, una gran parte de la población mundial, básicamente de los países industrializados, han obtenido un mejor nivel de vida en todas las áreas: alimentación, sanidad, vestido, vivienda, educación, ocio, trabajo en el hogar, etc. En definitiva, en la actualidad muchas personas tienen una mayor esperanza de vida y más sana como resultado de la tecnología.

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